Cuidarte también es cuidar
Un mensaje para quienes acompañan a personas con Parkinson
12/11/20254 min read


El Autocuidado como Fundamento
Si sos cuidador familiar o profesional, el rol que asumís es un viaje que se hace con pasión, amor y cariño, pero también conlleva grandes responsabilidades y desafíos.
Cuidar bien implica también cuidarse bien. El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad vital. Si olvidás atender tus propias necesidades, corrés el riesgo de sufrir el síndrome de agotamiento del cuidador, también conocido como burnout. Este agotamiento es un estado de cansancio físico, emocional y mental extremo que aparece cuando se cuida a otra persona de forma prolongada sin suficiente apoyo ni descanso. Por eso, tu bienestar es la base para seguir brindando una atención de calidad.
Por qué Cuidarse Primero: Si Vos Estás Bien, Ellos También
La idea central es simple: no podés servir de un recipiente vacío. Como cuidador, sos irremplazable. No es posible reemplazar tu conocimiento, tu confianza y tu creatividad para asistir a tu ser querido o paciente.
Cuidarse a uno mismo es el acto de prevención más importante:
• Evitar el Agotamiento Extremo: El agotamiento crónico roba tu energía, tu alegría y tus ganas de hacer las cosas, y puede llevar a la tristeza constante y la desesperanza. Identificar este síndrome a tiempo es clave para la recuperación y el bienestar a largo plazo.
• Mantener la Capacidad de Cuidar: Si no estás al 100% física y mentalmente, no podrás cuidar adecuadamente. Tu propia salud y equilibrio emocional son fundamentales para el sistema de cuidado.
• Contagiar Bienestar: El cansancio es contagioso, pero si priorizás tu bienestar y autocuidado, ¡la vitalidad y la positividad también se contagian!.
Claves de Autocuidado para una Vida en Equilibrio
Para poder sostener tu valioso rol, es vital integrar estrategias prácticas y realistas en tu día a día.
1. Priorizá el Sueño y las Pausas Activas: El agotamiento afecta la capacidad de concentrarse y descansar. Asegurate de dormir lo suficiente, entre 7 y 8 horas de sueño profundo y reparador. Además, realizá microdescansos de 5 a 10 minutos cada una o dos horas. Podés estirarte, respirar o hacer una pausa activa.
2. Gestioná el Estrés con la Respiración: Aprendé técnicas de manejo de estrés. Una herramienta sencilla es la Caja de Respiración (respirar profundamente por 4 segundos, detener por 4, exhalar por 4 y detener por 4), que ayuda a desescalar el estrés en cualquier momento.
3. Construí y Activá Redes de Apoyo: Pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de inteligencia. Delegá responsabilidades con familiares o amigos y participá en grupos de apoyo para cuidadores. Esto te ayuda a evitar el aislamiento y la soledad.
4. Establecé Límites Claros y Realistas: Aprendé a decir "no" para evitar sobrecargas constantes. Definí horarios claros entre tu rol de cuidado y tu vida personal para lograr una desconexión física y mental al terminar tu jornada. Aceptá tus limitaciones, ya que somos seres humanos, no somos perfectos.
5. Cultivá tu Identidad Fuera del Cuidado: El agotamiento puede llevar a la sensación de que solo existís para cuidar, olvidando quién sos fuera de ese rol. Es crucial reducir los espacios de descanso, recreación y ocio. Si te gustan los hobbies o las amistades, buscá la forma de retomarlos para que tu vida no se sienta sin propósito ni monótona.
6. Nutrición, Movimiento y Expresión Emocional: Practicá actividad física (caminatas, yoga, bicicleta o simplemente bailar dos canciones) y comé de forma saludable. Además, escribí un diario o un cuaderno para procesar emociones difíciles como la frustración o el miedo, lo cual es una forma de terapia.
Beneficios de Cuidarse Bien
Cuando priorizás el autocuidado, los efectos positivos se sienten en todos los aspectos de tu vida, y se reduce significativamente la probabilidad de colapsar:
• Claridad Mental y Enfoque: El descanso y la atención plena reducen los efectos del estrés crónico, permitiendo que tu mente se recargue y recuperes la concentración. Las tareas que antes parecían abrumadoras vuelven a ser sencillas.
• Mejor Equilibrio: Evitás que el rol de cuidador absorba todos los demás aspectos de tu vida, ayudando a mantener la frontera entre lo personal, lo laboral y el cuidado. Esto previene la sensación de estar descuidando a tu propia familia o pareja.
• Estabilidad Emocional: El autocuidado ayuda a disminuir la irritabilidad, la impaciencia y los cambios de humor que acompañan al agotamiento. También reduce el sentimiento de culpa por pensar en tomarte un descanso.
• Conexión y Sentido: Mantener tus aficiones y amistades evita que la vida se sienta sin propósito y monótona. Te permite conectar y compartir con la comunidad, sintiéndote menos solo.
Valorá tu labor como cuidador:
no sos invencible y necesitás ayuda. Tomá la decisión consciente hoy de desarrollar un plan personal de autocuidado para promover tu bienestar físico, emocional y mental. Si te cuidás, hacés que el camino sea más fácil y efectivo para vos y para la persona que estás cuidando.
Este viaje es mejor no hacerlo solo.
Recordá que vivir con Parkinson es un proceso que pide adaptación constante, paciencia y mucha comprensión hacia vos mismo. No tenés por qué enfrentarlo en soledad: existen recursos, espacios de acompañamiento y comunidades que entienden lo que estás viviendo.
En ACEPAR podés contar con un equipo y una red que te acompaña de verdad. Estamos para orientarte, escucharte y brindarte herramientas concretas para que transites este camino con más seguridad, contención y compañía. Cuando lo necesites, estamos acá.




“Compartir también es cuidar”
Seguinos en Instagram
Contacto
Estamos aquí para contactarnos
Deja tu correo para recibir información
acepar.argentina@gmail.com
+54 9 11 1234 5678


Nuestras redes
@acepar.arg